jueves, 27 de agosto de 2009

Una herramienta para reducir la brecha de desigualdad

EL DEBATE POR LA ASIGNACIÓN UNIVERSAL POR HIJO


Hace un mes varios referentes del centroizquierda fueron recibidos por el ministro del Interior, Florencio Randazzo, como parte de la convocatoria del Gobierno al diálogo. En la reunión que tuvo como sede la Casa Rosada, cada fuerza expuso su propia agenda pero la mayoría coincidió en que la prioridad era "enfrentar la pobreza y redistribuir la riqueza". Quizás uno de los más insistentes en ese pedido fue el diputado electo Martín Sabbatella, quien aprovechó la oportunidad para poner en el tapete el primer caballo de batalla de la alianza bonaerense Nuevo Encuentro: una asignación por hijo que sea universal y de 300 pesos. Esa iniciativa, que ya forma parte de la agenda parlamentaria, nos obliga a plantearnos varias incógnitas: ¿será efectivo un proyecto de este tipo en una sociedad con antecedentes de clientelismo como la nuestra? ¿Qué papel jugará el Estado en esta cuestión? ¿Y de donde saldrán los recursos para afrontar un programa que -según cifras basadas en la propuesta oficial- tendría un costo fiscal de 6900 millones de pesos al año?

Si bien existen fuertes diferencias entre las mediciones de la pobreza efectuadas por el INDEC y organismos privados, pues parten de un piso del 15,3 por ciento y se mencionan porcentajes cercanos al 40 por ciento, hoy todos los relevamientos disponibles describen que en Argentina "la mayoría de los pobres son niños" y "la mayoría de los niños son pobres". Cada vez son más los bebés que nacen en hogares con bajos recursos, lo que provoca que miles lleguen al mundo en condiciones de desnutrición y crezcan con deficiencias en muchos casos irreversibles. Así, según un informe de UNICEF sobre la mortalidad infantil, de los 10 millones de niños de 0 a 14 años que viven en nuestro país, el 57 por ciento es pobre, y peor aún, el 25 es indigente.

En caso de sobrevivir, los demás se ven forzados a trabajar desde edades tempranas, ya sea en actividades remuneradas en condiciones de extrema precariedad, o asumiendo trabajos domésticos que le permiten a otros miembros de la familia el ingreso al mercado laboral.

Por otra parte, aun muchos de los que trabajan tampoco cubre sus necesidades básicas y transcurren, cuando la explotación se los permite, a comedores comunitarios o a establecimientos educativos públicos en condiciones graves de salud.

Ante este panorama desolador, ¿es necesaria una asignación universal por hijo que ayude a terminar con esta realidad social? La respuesta parece ser obvia e inclinar la balanza por un "sí" unánime, pero es importante recordar que las políticas sociales hasta hoy aplicadas se han comprobado ineficientes y no han logrado solucionar el problema de fondo.

Los actuales programas focalizados, como el Plan Trabajar o el Plan Jefes y Jefas de Hogares, fueron muy necesarios en su momento, especialmente luego de la crisis del 2001 que hizo caer en la necesidad a casi la mitad de la población, pero se han vuelto retrógrados. Hoy contribuyen al clientelismo y a que los pobres subvalúen su grado de necesidad insatisfecha, internalizando la visión estigmatizante y afectando negativamente la "cultura del trabajo".

El proyecto del NE propone comenzar con un beneficio inicial de 300 pesos mensuales para los niños. Con este monto, el Estado dejaría en manos de los padres la crianza y el desarrollo social de sus hijos: el cuidado de su salud, la prosecución de la escolaridad obligatoria y las actividades lúdicas, deportivas y recreativas propias de su edad. Y ejercería un control, a través de la presentación de documentos y constancias, que certifique el cumplimiento de los derechos del niño en cada rincón del territorio nacional.

Para afrontar los gastos semejantes que arrojará el programa, el proyecto de referencia establece, además, aumentar el impuesto a las ganancias al 39 por ciento, gravar la renta financiera y el juego, incrementar las retenciones a los hidrocarburos y eliminar los reembolsos de la minería, recuperar las contribuciones patronales y mantener las alícuotas sobre las exportaciones de granos y oleaginosas que hoy tienen márgenes de ganancia superiores a los del 2007. Sin embargo, parece ser que el debate recién comienza porque otros partidos creen que es compatible buscar la universalización y al mismo tiempo bajar las retenciones.

Lo cierto es que si se pretende atacar la pobreza y la desnutrición en serio, no basta con los planes del Gobierno ni mucho menos con las acciones benéficas de las sociedades civiles, que son parches momentáneos y para un pequeño sector de la población. Aunque ello sea útil en el "mientras tanto", es necesario atender de raíz las cuestiones que provocan dicha situación. Y esa tarea únicamente puede llevarla a cabo el Estado. Si en la sociedad argentina hay sectores que han sido alcanzados por la pobreza es porque hay otros que han sido incluidos en el "mundo de la buena vida", por lo tanto, atender a los primeros implica afectar a los segundos para reducir la brecha de desigualdad. Discutir la desigualdad lleva a discutir qué y cómo debería ser la matriz distributiva, hacia dónde se orienta el gasto y la inversión pública.

Ese es nuestro verdadero desafío como sociedad, que nos llevará a involucrarnos de lleno en el dilema de la riqueza para así convencer al resto de que la redistribución es el camino más acertado para conseguir un país equitativo. Después de todo, la asignación universal por hijo es sólo una herramienta más, importante por cierto, para lograr ese objetivo.

viernes, 14 de agosto de 2009

Fotopujantes

Postales del "Día del Niño" en el Barrio 3 de Diciembre.


Lautaro. La primera sonrisa de una tarde que comenzaba a ser inolvidable.


EDE Moreno. Banderas blancas que "guardan nombres en tu corazón".


La Mesa de Arte. Mesa de enchastre pero, por sobre todo, de creatividad.


"Somos niños, tenemos derechos y los hacemos valer". La consigna del Encuentro.


El show de los mimos. Estos tres de "improvisados" no tenían nada.


Pujante. "Somo´el encuentro nacional y popular. Olé olé, ole olaaa".


Juventud y Adultos del EDE. Compañeros en un mismo camino: lograr que la política llegue a los barrios humildes.


Una imagen vale más que mil palabras. ...