sábado, 12 de septiembre de 2009

Una marcha (en pleno territorio de la derecha) nacional y popular

Organizaciones juveniles de todo tipo se congregaron frente al Congreso y llegaron hasta la Embajada hondureña en el marco del 36º aniversario de una protesta contra el golpe a Allende. La dictadura de Micheletti y el Acuerdo Washington-Bogotá, ejes de una movilización para avanzar en la integración latinoamericana.

"No al golpe en Honduras, no a las bases yanquis". El lema de las juventudes que marcharon ayer.

Con el objetivo de repudiar diferentes acontecimientos de la coyuntura latinoamericana, alrededor de 30 juventudes de diferentes fuerzas locales y provinciales (entre ellas el EDE Moreno) se concentraron ayer frente al Congreso de la Nación para marchar hasta la Embajada de Honduras y recordar los 36 años de la movilización argentina que, en 1973, condenó el derrocamiento del gobierno socialista de Salvador Allende. Algunos creyeron estar viviendo un deja vú frente a la Avenida Entre Ríos, pero no lo era.

Organizaciones políticas, sociales, sindicales y hasta culturales, formaron parte del grueso de la columna que, bajo la consigna "no al golpe en Honduras, no a las bases yanquis", llegó hasta la puerta de la embajada del país centroamericano. Allí, tanto los oradores como el público presente manifestaron su apoyo al Frente Nacional de la Resistencia hondureño y el rechazo a la ilegítima convocatoria a elecciones por parte del gobierno de facto encabezado por Roberto Micheletti. También hubo tiempo para criticar enérgicamente las instalación de las bases norteamericanas en Colombia y la estrategia geopolítica de Estados Unidos en la región con respecto a los recursos naturales.

Mientras el asfalto se teñía de los destellos del alumbrado público y los ruidos del tránsito comenzaban a extinguirse, los asistentes se encargaron de dejar bien en claro que el golpe en Chile, así como el reciente en Honduras, forman parte de una misma contra ofensiva de los sectores oligárquicos e imperialistas de Latinoamérica, que en la última década han actuado en la región para sabotear los procesos iniciados por gobiernos nacionales y populares.

Vaya paradoja, la andanza se llevó a cabo justamente en las calles de una ciudad que hoy por hoy es gobernada por un partido que desea tener un rol protagónico en eso, su principal objetivo. Mientras tanto, las juventudes se reúnen en encuentros como el de ayer para avanzar hacia otra meta absolutamente diferente: la construcción de la integración latinoamericana.

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